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Diario del Misterio

Expediente GR-5103: la carretera de las ánimas

David Tenorio/Germán Tenorio

Una leyenda enfundada en la noche, una tierra sembrada de misterio, extrañas luminiscencias nocturnas, apariciones de figuras fantasmales…  Son algunos de los fenómenos que se vienen aconteciendo en las proximidades de la carretera que atraviesa la localidad de Fonelas, en la provincia de Granada: la misteriosa GR-5103. ¿Qué misterios se esconden en el tramo de esta carretera maldita?

 “Recuerdo que eran aproximadamente las dos de la madrugada. Venía con mi automóvil de la población de Pedro Martínez de visitar a la que entonces era mi novia, y ahora es mi mujer. De pronto, al llegar a la llamada ‘cuesta de las ánimas’, observé algo que me dejó absorto… Era una especie de legión de figuras ataviadas con túnicas negras que desfilaban frente al vehículo desprendiendo una luz muy débil. Todas ellas de la misma estatura, caminando como si estuvieran deslizándose en suspensión por el asfalto. Lo estuve viendo durante cuatro o cinco minutos que me fueron de sumo espanto. No sabía como reaccionar ante aquella situación. Me quedé paralizado…”.

Han pasado unos veinte años, pero Juan Delgado, vecino de la localidad de Fonelas (Granada) mantiene vívido en su mente cada uno de los detalles de lo que presenció aquella noche cuando atravesaba la famosa “cuesta de las ánimas”. A escasos tres kilómetros de Fonelas, entre el Cortijo de Las Chozas y Peñas Blancas, cruzando el tramo de la carretera GR-5103, atravesamos la llamada “curva o cuesta de las ánimas”, lugar donde infinidad de testigos aseguran haberse topado de bruces con una extraña y macabra comitiva de figuras encapuchadas de negro. Su comportamiento siempre es el mismo: cruzan la carretera en fila india lentamente, desplazándose como si estuvieran deslizándose a escasos palmos del suelo.

Ni que decir tiene que todos los que aseguran haberse encontrado con la fantasmal comitiva coinciden en que su presencia les ha generado una sensación de auténtico pavor que les ha paralizado. Sienten como si el tiempo se hubiera detenido en ese mismo instante: “Pensé en dar marcha atrás –continúa relatándonos Juan Delgado-, o en arremeter contra ellas. Finalmente, cuando pasaron todas, pise a fondo el acelerador hasta llegar a mi casa. Una vez allí, eché el cerrojo de la puerta y no quise pensar más en lo ocurrido. Aún hoy en día, cuando paso por esa curva, no puedo evitar recordar aquellos momentos del horror…”.

 El “triángulo de las ánimas”

Fonelas se encuentra a 76 kilómetros de Granada, en el municipio de Guadix. Las recurrentes y supuestas apariciones que, supuestamente, se producen en esta área, se dice que Fonelas está en pleno corazón del llamado “triangulo de las ánimas” cuyos vértices abarcarían las localidades de Benalúa, Pedro Martínez y Villanueva de las Torres. La famosa “Cuesta de las ánimas” y el “Puente de los Enamorados” son los dos puntos que, a la entrada y salida de la localidad, atraviesa la misteriosa carretera GR-5103.

Es precisamente en este tramo de la carretera donde los vecinos más ancianos hablan de terroríficas manifestaciones acaecidas en la oscuridad de la noche: desde la aparición de extrañas luces que acosan a los vehículos que circulan a altas horas de la madrugada… hasta apariciones de figuras espectrales que se manifiestan cruzando ambos lados de la carretera. Testimonios que tejen una historia, durante largo tiempo relegada en el sueño del olvido, y que ENIGMAS ha logrado rescatar del pasado después de entrevistar a varios testigos que, por vez primera, se atreven a relatar un episodio en sus vidas para el que, todavía hoy, no consiguen encontrar una explicación.

Francisco M., vecino de Benalúa nunca creyó en las historias que se extienden por la comarca referentes a personas que han sido atacadas por extrañas luces o sorprendidas por una procesión de figuras encapuchadas. Sin embargo, el tiempo le haría cambiar de opinión… “Llevaba varios días dándole vueltas a un asunto que no me dejaba dormir tranquilo –relata Francisco-. Por mi trabajo, tengo que circular constantemente solo por carreteras solitarias a altas horas de la madrugada aunque, hasta entonces, no pasaba miedo. Una noche del año 2000 sobre las cuatro de la mañana, iba circulando con mi furgoneta cerca del cruce que se desvía a la ciudad de Pedro Martínez, cuando oigo cómo el móvil emite el típico sonido de mensaje entrante. Me resultó extraño, ya que en esa zona entonces no había cobertura, pero no le concedí mayor importancia. Fue al llegar a casa cuando me dispongo a ver el SMS que había recibido y que decía: ‘No pienses más, no tiene solución’. Mi asombro se acrecentó aún más al comprobar que no tenia remite… Se me hace casi imposible creer que a mi también me ha pasado lo que siempre he creído que son cuentos y fabulaciones de la gente”.

Luces que atacan…

Son numerosos los enclaves de la geografía española donde, aseguran, se manifiestan extrañas luminiscencia de origen inexplicado que sobrevuelan el cielo a baja altura, casi siempre a altas horas de la madrugada. Fonelas parece ser uno de ellos: “Yo sé que desde hace bastante tiempo se vienen contando historias inquietantes referentes a extrañas luces y apariciones en estos parajes –nos cuenta María Luisa Marcos-. Lo que sí os puedo asegurar es que lo que me llegó a pasar aquella noche me marco tanto, que nunca más volví a pasar sola por ese lugar…”.

Venciendo su reticencia a recordar lo que había presenciado aquella noche, Maria Luisa Marcos cuenta para ENIGMAS lo que le ocurrió una noche de 1993, cuando el destino se encaprichó en convertirla en protagonista del misterio: “Recuerdo que yo venía de trabajar, con mi coche, sobre las doce de la noche de Villanueva de las Torres. Al coger el desvío de la carretera que se dirige hacia Fonelas, empecé a sentir un calor muy fuerte que cada vez se intensificaba más. Por unos momentos pensé que el  vehiculo iba a empezar arder por algún sitio. Paré a un lado de la carretera para averiguar de donde provenía dicho calor cuando, de pronto, veo una gigantesca luz sobrevolándome a baja altura. Era parecida  a una estrella fugaz en forma de puro. Pasó muy rápido y se perdió en el horizonte. En esos momentos no supe como reaccionar. Estuve un rato inmóvil hasta que logre proseguir la marcha”.  

No es el único caso de un supuesto ataque provocado por estas extrañas luminiscencias que sobrevuelan la zona. Hacía cuatro o cinco meses que el hermano de Maria Luisa, –que prefiere mantenerse en el anonimato- se encontró con una bola de luz que lo persiguió durante bastante tiempo mientras se trasladaba en su automóvil por el mismo lugar. Pero Maria Luisa no saldría de su asombró cuando, al relatar en su casa lo que le había ocurrido, escuchó de labios de su padre una experiencia sobrecogedora. Encontrándose en el manantial de un cortijo próximo a la zona, don Antonio Marcos Gómez –ya fallecido- se vio envuelto por una cegadora luz que le envolvió completamente… elevándolo del suelo unos tres metros.

Fantasmas al otro lado del puente…

Manuel García Pérez nativo de Fonelas y vecino de Benalúa, recuerda como su padre siempre le aconsejaba que no anduviera de noche por la llamada “cuesta de las ánimas” mientras guardaba un mutismo absoluto sobre las leyendas que podían escucharse sobre aquel lugar. ¿Le estaba advirtiendo quizá de la presencia de ‘algo’ que el había presenciado en el kilómetro de aquella curva?

Son precisamente los “viejos del lugar” los que nos cuentan que en las inmediaciones de la célebre “curva maldita” debió existir tiempo atrás un camposanto. Tal vez ello tenga que ver con el origen de las supuestas apariciones de esta extraña comitiva que muchos aseguran haber visto vagando por los alrededores de la población. ¿Estamos ante otra versión de la conocida “Santa Compaña” de Galicia?

En Andalucía, una larga tradición inmortalizada a través de viejos romances hace referencia a las llamadas procesiones de las “ánimas benditas”: almas en pena que deambulan entre este y el otro mundo y que abandonan su estado de purgatorio para manifestarse de vez en cuando a los mortales. Pero más allá de la fantasía de las leyendas locales, lo cierto es que son infinidad los testimonios de personas que aseguran haberse encontrado con la espectral comitiva que algunos identifican con la “Santa Compaña”.

“El puente de los enamorados”, también conocido como “el puente de ladrillo”, es un paso obligatorio por carretera que conecta con la localidad de Fonelas. Los ancianos lo recuerdan como un “puente maldito” pues, durante los años de la Guerra Civil, fue escenario escogido para dramáticos fusilamientos mientras que hoy es punto de encuentro para parejas de enamorados. Varios testigos aseguran que también es un lugar de encuentro con lo inexplicable, a juzgar por los testimonios que aseguran haberse encontrado con etéreos seres de blanco visibles en la oscuridad de la noche:

“Me ocurrió hace aproximadamente un año –nos cuenta Robustiano Soto, vecino de Fonelas-. Iba muy tranquilo conduciendo y justo antes de alcanzar el puente vi algo que se movía sobre el mismo. En un primer momento pensé que se trataba de alguna pareja que andaba por la zona, pero en seguida me di cuenta de que aquello no era normal. Iban vestidos de blanco y su rostro era muy joven, además de ser muy altas. Me aparte todo lo que pude, pero casi se me echan encima del coche. La visión de su rostro me impresionó bastante. Una sensación de espanto inolvidable, de las que no existen palabras para definirla”.

Otro testimonio nos lo brinda don Antonio Marcos Baena, quien nos relata lo que le aconteció a él una fría noche de hace un año, mientras caminaba en solitario por las inmediaciones del catalogado “puente encantado”: “Venía de regar sobre las tres de la madrugada, cuando me di cuenta que llevaba un acompañante desconocido a mi lado. Era alto, joven y muy delgado. Vestía de blanco, con la mirada perdida sin murmurar palabra… Apresure mi paso ante aquel caminante, y en un instante desapareció. Me asuste bastante, ya que aquel extraño individuo apareció de la nada sin previo aviso. Es una experiencia que no podré olvidar jamás. A partir de aquel día, no he vuelto a caminar en solitario por ese lugar…”

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